
Este toong era uno de los pilotos de vainas menos experimentados del Borde Exterior. En cierta ocasión, discutiendo con el dos veces ganador de la Clásica de Boonta Boles Roor, el sneevel, borracho, afirmó que los toongs eran demasiado cobardes para participar en una carrera de vainas como la Clásica de Boonta y que Quadinaros no tendría los redaños de inscribirse o estar siquiera en la línea de salida. Roor llegó a apostar cinco millones de wupiupi (o de peggats según algunas fuentes) con Ben. Al día siguiente, Quadinaros se presentó en la parrilla de salida de la Clásica de Boonta, con una vaina Balta-Trabaat BT410 de cuatro motores.
Justo al dar la salida, los motores de Quadinaros salieron despedidos en cuatro direcciones distintas cuando los cierres de energía no lograron contenerlos, y Quadinaros no logró avanzar un metro. Sin embargo, salió de allí cinco millones de wupiupi más rico.
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